El último en decir adiós

Justo cuando se iba, se detuvo a despedirse de su leal amigo. Lo sé porque escuché cómo él lloraba mientras aún sostenía la mano de ella. Y también sé que, liberada de todo el dolor, su alma volvió a ser ella misma. Y ahora está en su paraíso lleno de libros.

ES